Pacto Educativo Global

30 abril, 2021

¿Qué es?[1]

Podemos explicar este llamamiento del Papa Francisco, como la urgencia de afrontar la actual ‘emergencia educativa’ y promover el derecho educativo para todos, especialmente los más pobres. Este Pacto supone un gran movimiento de sistemas y organizaciones, de gobiernos e instituciones, para alcanzar una educación de calidad que dignifique y humanice.

¿Cómo surge?

La necesidad de realizar esta alianza parte de que hay que volver a iniciar, porque hay rupturas y fracturas en los vínculos educativos que es necesario volver a empezar. En las últimas décadas se evidencia la decadencia del sistema educativo y es de suma importancia que la educación cambie[2].

El 12 de septiembre del año 2019, el Papa Francisco convocó a todo el mundo, a la construcción de un Pacto Educativo Global que se realizaría, como punto clave de encuentro el 15 de mayo de 2020.  La pandemia llevó a postergar la fecha y el pasado 15 de octubre de 2020 la Congregación para la Educación Católica, organizó un Encuentro en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma. Este fue transmitido a todo el mundo, y en el cual el Papa Francisco realizó nuevamente la invitación, mediante un video, para realizar esta alianza global.

Sumando a los diagnósticos, nos encontramos en una crisis profunda con el COVID-19, que manifestó; una “catástrofe educativa”, puso de relieve una brecha educativa alarmante, con millones de niños excluidos de cualquier actividad educativa en el mundo.

En este Encuentro, se acordó la necesidad de asumir siete compromisos básicos para su adecuada implementación.

¿Cuáles son los siete compromisos nucleares para la construcción del Pacto Educativo Global?

  • Poner en el centro de todo proceso educativo formal e informal a la persona, su valor y dignidad para hacer sobresalir su belleza singular. Rechazando la cultura del descarte.
  • Escuchar la voz de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
  • Fomentar la plena participación de las niñas y de las jóvenes en la educación.
  • Tener a la familia como primera indispensable educadora.
  • Educar y educarnos para acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados.
  • Comprometernos a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso, para que estén nuevamente al servicio de la familia humana en la perspectiva de una ecología integral.
  • Salvaguardar y cultivar nuestra casa común.

Si estos compromisos se asumen y no se quedan solo en palabras, se podrá erradicar la emergencia, la brecha educativa y surgirán artesanos de esperanza. El cambio de rumbo es necesario para mejorar nuestro mundo.

¿Quiénes son los convocados?

Todas las personas porque la educación es cosa de todos, creyentes y no creyentes. “…a los hombres y a las mujeres de cultura, de ciencia, de deporte, a los artistas, a los operadores de los medios de comunicación, en todas las partes del mundo para que ellos también firmen este pacto y, con su testimonio y su trabajo, se hagan promotores de los valores del cuidado, la paz, la justicia, la bondad, la belleza, la acogida al otro, y la fraternidad. No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil”. (Mensaje del Papa Francisco, 15 de octubre de 2020).

Debemos afrontar el desafío de transformar la educación, desde, con y para todos. Escuchar a niños, niñas y jóvenes,  a las nuevas generaciones. Construyendo todos juntos desde lo local a lo global. Es necesario un nuevo compromiso de la sociedad entera.

Concluyendo: Este Pacto es un llamamiento para toda la humanidad, lo que implica que personas con ideas diferentes, sean capaces de acordar cediendo algo de sí mismos en este proyecto común. Existe un pacto cuando reconocemos al otro, diferente de nosotros no como una amenaza sino como un compañero… La propuesta de que sea desde la educación, consiste en que todo cambio y transformación requiere de un camino educativo. La educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia, es una cuestión de amor y responsabilidad que se transmite en el tiempo, de generación en generación. Educar es siempre un acto de esperanza, que lleva a superar determinismos e individualismos. [3].

Nuestro colegio tiene la convicción de que es esta esperanza la que nos lleva a creer en que la utopía se realice,  a creer en uno mismo, en el otro y sus capacidades. Estamos convencidos de que vale la pena trabajar por este nuevo rumbo. Nos ponemos en manos de Dios como fuente de vida y esperanza.

 

Hna. Mariana González.

 

[1] Se sigue a Ojeda Ortiz, Juan Antonio (Marzo 2021), “Hacia un Pacto Educativo Global: entre la urgencia y la utopía”, Misión Joven, Año LXI N°530, pp. 5-14

En referencia al autor: Juan Antonio Ojeda Ortiz, FSC, es responsable de la Educación de la OIEC (Oficina Internacional de la Educación Católica) y Consultor de la Congregación para la Educación Católica.

[2] Cfr. Papa Francisco, Congreso Mundial “Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva”, 21 de noviembre 2015.

[3] Cfr. Video, publicado por Vatican News: “Pacto Mundial sobre Educación. Juntos para mirar más allá” 15 de octubre de 2020: https://www.youtube.com/watch?v=8L_FTyQOl-E

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