“Abramos nuestro corazón a María”
Todos los años, durante el mes de octubre, el Voluntariado de nuestro Colegio visita a la gente del pueblo de La Pampa (Ascochinga-Córdoba) para acompañarlos en sus Fiestas Patronales «Virgen del Rosario del Milagro». Betina Domínguez, docente del Nivel Primario nos comparte su primera experiencia de misión junto al voluntariado:
«La hermana Daniela me invitó, a mí primera experiencia como misionera en Ascochinga. Al recibir dicha invitación y sin saber mucho de que se trataba, acepté enseguida.
Personalmente fue una experiencia muy especial desde el momento en que nos reunimos en la escuela, para planificar las actividades y propuestas de la Misión. No conocía a casi nadie de las personas que allí se encontraban o solo las había visto alguna vez, pero el recibimiento de todos y todas, se dió de tal manera que te sentías parte. Esta energía prevaleció durante toda la experiencia.
En Ascochinga los lugareños saben que van a llegar «los chicos del voluntariado de Rosario» y muchas de las familias están esperando que los visiten en sus casas. Me di cuenta de ello, al visitar la escuelita del lugar y una de las nenas me dijo «tenía una ansiedad bárbara de que llegarán».
Viví de un modo especial cada una de las actividades en las que participé: el desayuno, el momento de la oración, la salida a las casas, el encuentro con otros, con los niños y niñas, con las personas de la comunidad, los talleres para adultos, etc. Cada encuentro con el otro fue una oportunidad para la escucha, poniendo en juego la empatía y el respeto.
Quiero repetir la preparación de los Rosarios, y regalos para las comuniones, bautismos y confirmaciones, en la cocina, a media luz, y hasta muy tarde. Con Silvia, Gimena, Alejandra, Lorena, Jonthan y Dario. Riéndonos a carcajadas de como Silvia nos llenaba de chocolates para que no paremos de hacer los rosarios y terminemos a tiempo.
Renovar mi corazón, en la introspección de la oración y de la palabra. Contemplar lo aprendido y mirarme con amor, para poder hacer lo mismo con otros. Vivir las virtudes de la congregación de Hermanas Dominicas. Ir al encuentro del otro. A veces ese otro requiere sólo la presencia, tu tiempo, tu escucha. Y no solo es dar, es recibir multiplicado y volverte con el corazón lleno, las energías cargadas y la voluntad de volver.
Estoy agradecida de conocer a todas las bellas personas que me invitaron, me recibieron, me acompañaron, en esta Misión renovadora. Agradezco a los adolescentes del secundario y exalumnos del Colegio Santísimo Rosario por
mostrarnos que el futuro está lleno de esperanza.
Agradecida porque todos y cada uno, desde lo más profundo, desde sus fortalezas y vulnerabilidades, al encontrarnos, nos encontramos con Dios». (Betina Domínguez, docente de Nivel Primario)