“Donde hay jóvenes hay lío, por el amor hacia Cristo y los hermanos que en estos días seguramente va a ir en aumento, pero que no sea espuma, que no sea sólo espuma, que sea jabón que hace espuma, pero que sea jabón”, Papa Francisco.
La ciudad de Rosario fue elegida como sede del II Encuentro Nacional de Juventud este 25, 26 y 27 de mayo, una jornada donde se trabajó en torno a los momentos que estamos transitando donde la vida se ve amenazada por la injusticia, por la violencia, por el desamor, por problemas sociales pero mas allá de todo esto, muchos son los jóvenes que creen en la esperanza, en la comunión entre las personas, en los encuentros fraternos.
Un encuentro que se realizó hace más de 30 años buscó que cada joven sea luz para «renovar nuestra historia», más de 15.000 jóvenes participaron de los bloques de trabajo y de las actividades masivas con alegría y entusiasmo. Festejando el Bicentenario de la Patria todos los encuentristas se congregaron en el Monumento a la Bandera para luego comenzar la peregrinación hacia el Hipódromo donde se daría comienzo, de forma oficial, al ENJ 2018.
Otro de los momentos que marcó esta experiencia como ÚNICA para muchos de nuestros jóvenes, fue un vídeomensaje profundo y sumamente claro del Papa Francisco para todos los que participaron del encuentro. Nuestro Papa nos invitó a tener fe, esperanza y nos compartió tres palabras: «presencia», «comunión» y «misión», nos invitó a construir juntos «la civilización del amor» como discípulos y misioneros de Jesús, aquí y ahora, yendo a su encuentro en la oración.
Testimonio de Lola (encuentrista):
«Yo soy una de los tantos jóvenes que participaron del II Encuentro Nacional de Juventud.
No se muy bien por dónde empezar ni cómo expresar lo que siento en palabras, porque fueron tantas las emociones que se formaron dentro de mi, amor, alegría, entusiasmo, esfuerzo, compañerismo y algo de angustia también porque era increíble ver cómo copábamos las calles de Rosario y horas después, cada uno volvía a su provincia correspondiente después de haber compartido hasta los baños. (La misma gente que se asomaba por los balcones de sus casas sentía lo mínimo que sentimos nosotros al vivir algo tan lindo como fue el encuentro). Fueron días de mucho cansancio y caminar, de agarrarnos la mano para no perder a ninguno de los nuestros, de tratar de hacer cada una de las actividades que se propusieron con mucha dedicación. Les juro que no había nada más lindo que ver miles y miles de jóvenes luchando por los mismos sueños y por no tener miedo. No hay que tener miedo, nosotros somos los que renovamos la historia. Y para ir cerrando, a los que no pudieron vivir esa experiencia lo único que me queda para decirles es que, junto a los que pudimos vivirla, hagamos de éste un mundo mejor. Gracias a la escuela por darnos esta posibilidad de poder participar en algo tan lindo como fue esto, por confiar en nosotros y a los chicos de otras provincias por enseñarnos tanto de ellos».
Los invitamos a que puedan disfrutar el video del encuentro